POR JAVIER BONET
@jabonetprensa
En nuestra historia de hoy vamos a contar el inicio de las carreras de autos en Argentina que se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el país comenzaba a experimentar con la pasión por la velocidad.
El fervor inicial por las carreras de autos en Argentina coincidió con la llegada de los primeros vehículos motorizados al país a fines del siglo XIX. Los automóviles, entonces considerados una novedad tecnológica, despertaron la curiosidad y el interés de la población, especialmente entre aquellos apasionados por la mecánica y la velocidad. En ese contexto, las competencias automovilísticas se convirtieron en una forma emocionante de demostrar la potencia y la destreza de estos nuevos inventos.
Las primeras carreras tuvieron lugar en 1906, en el ahora desaparecido hipódromo de Núñez; eran entre propietarios de automóviles deseosos de probar la velocidad y potencia de sus nuevas máquinas. En ellas se enfrentaban miembros de la elite terrateniente, como José A. Pacheco y Anchorena o Marcelo T. de Alvear, y también algunos de los primeros importadores, como Luis Dartiguelongue o Juan Cassoulet.
Con el paso del tiempo, las carreras de autos en Argentina evolucionaron y se expandieron, atrayendo a conductores y entusiastas de todo el país. Se organizaron eventos en diferentes ciudades, tanto en circuitos urbanos como en pistas especialmente diseñadas para la ocasión. Entre los años 1910 y 1930, el automovilismo experimentó un auge significativo en Argentina, con la creación de clubes automovilísticos y la participación de pilotos argentinos en competiciones internacionales.
Uno de los hitos más destacados en la historia del automovilismo argentino fue la creación del mítico Autódromo de Buenos Aires, inaugurado en 1952. Esta pista, diseñada específicamente para carreras de autos, se convirtió en el escenario de numerosos eventos deportivos y atrajo a pilotos de renombre de todo el mundo. El Autódromo de Buenos Aires, conocido también como el “Templo de la Velocidad”, se convirtió en un símbolo del automovilismo argentino y contribuyó significativamente al desarrollo y la popularización del deporte en el país.
A lo largo de las décadas siguientes, el automovilismo argentino continuó creciendo y consolidándose como uno de los deportes más populares del país. Se organizaron competiciones de diversas categorías, desde carreras de turismo hasta eventos de Fórmula 1, que atrajeron a millones de espectadores y consolidaron la reputación de Argentina como una potencia en el mundo del automovilismo.
Las carreras de autos en Argentina tienen sus raíces en los comienzos del siglo XX, cuando el país comenzaba a experimentar con la pasión por la velocidad y la tecnología. Desde entonces, el automovilismo ha evolucionado y crecido hasta convertirse en una de las grandes pasiones de la cultura y la identidad nacional, con un legado que perdura hasta el día de hoy.
Con la historia de hoy, sólo quise empezar a mostrar el inicio de una muy rica historia del automovilismo en la Argentina. Con el correr de las notas seguiré contando esta increíble pasión.