¿CORREMOS?, ¿DÓNDE?     

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

X: @jabonetprensa

En nuestra historia de hoy nos vamos a ocupar de contar un hito del automovilismo en Argentina no es otra cosa que la creación del primer autódromo del país, un escenario que marcó el inicio de una rica tradición en el deporte motor. Este primer autódromo, conocido como el Autódromo de Palermo, fue inaugurado en 1926 y se convirtió en el punto de partida para el desarrollo del automovilismo en Argentina, un país que hoy es reconocido por su pasión por el deporte motor.

Ubicado en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires, fue una construcción pionera que reflejaba la creciente influencia de este deporte en la sociedad argentina de principios del siglo XX. La decisión de construir un circuito destinado a competiciones automovilísticas surgió en un contexto en el que el automovilismo estaba comenzando a ganar popularidad, tanto a nivel mundial como local. La necesidad de un lugar adecuado para organizar carreras y eventos relacionados con los autos se hizo evidente, y el Autódromo de Palermo fue la respuesta a esta demanda.El diseño del autódromo fue obra del arquitecto Juan Bianchi, quien creó un circuito con una longitud de aproximadamente 2.5 kilómetros.

El trazado contaba con una serie de curvas y rectas que desafiaban a los pilotos y proporcionaban un espectáculo emocionante para los espectadores. La inauguración del autódromo se realizó el 17 de enero de 1926 con una gran carrera que atrajo a numerosos entusiastas del automovilismo. Esta primera competencia fue un éxito y marcó el comienzo de una nueva era para el automovilismo en Argentina.

El Autódromo de Palermo no solo fue importante por ser el primer circuito del país, sino también por su impacto en el desarrollo de la industria automotriz local. La construcción del autódromo impulsó la creación de una infraestructura de apoyo que incluía talleres, lo que permitió a los equipos y pilotos preparar sus bólidos con mayor eficacia.

Además, el autódromo sirvió como plataforma para que los fabricantes de automóviles locales pudieran demostrar la calidad y el rendimiento de sus productos en condiciones de competencia.

A lo largo de los años, el Autódromo de Palermo se consolidó como el principal escenario para las competiciones de automovilismo en Argentina. Las carreras que se llevaban a cabo en este circuito atraían a grandes multitudes y se convertían en eventos sociales. La popularidad del automovilismo creció exponencialmente, y el Autódromo de Palermo se convirtió en un símbolo de la pasión argentina por el deporte motor.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el crecimiento de la ciudad de Buenos Aires y el aumento del tráfico vehicular llevaron a la necesidad de reevaluar el uso del terreno ocupado por el autódromo. A medida que la urbanización avanzaba, se hicieron evidentes las limitaciones del espacio disponible. En consecuencia, se tomó la decisión de cerrar el Autódromo de Palermo y construir un nuevo circuito en una ubicación más adecuada.

En 1952, se inauguró el nuevo Autódromo Ciudad de Buenos Aires, ubicado en el barrio de Villa Lugano. Este moderno circuito, diseñado por el ingeniero Carlos Menditeguy, se convirtió en el nuevo hogar del automovilismo argentino y albergó una serie de eventos importantes, incluyendo competencias internacionales y carreras de Fórmula 1.Hoy en día, el Autódromo de Palermo es recordado con nostalgia y admiración por su papel fundamental en la historia del automovilismo argentino. Su contribución al desarrollo del deporte motor en el país no

puede subestimarse, ya que sentó las bases para una tradición que sigue viva en la actualidad. El autódromo no solo proporcionó un escenario para las carreras, sino que también inspiró a una generación de pilotos y también lo hizo con el público que hasta hoy continua celebrando el automovilismo como una parte integral de la cultura argentina.