HORACIO EL CAMPEÓN     

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

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En nuestra historia de hoy, vamos a contar la historia de un gran campeón del boxeo argentino. Él no es otro que Horacio Accavallo, conocido en el mundo del boxeo como uno de los grandes campeones argentinos, dejó una marca imborrable en la historia del deporte con su destacada carrera y su personalidad carismática. Nacido el 14 de octubre de 1934 en Buenos Aires, Accavallo se convirtió en una figura emblemática del boxeo argentino, y su legado sigue siendo muy recordado dentro del deporte de los guantes.

Desde temprana edad, Accavallo mostró un interés y un talento para el boxeo. Criado en el barrio de La Paternal, comenzó a entrenar en el gimnasio del Club Atlanta, donde desarrolló sus habilidades y forjó su camino. Su estilo de pelea, caracterizado por una combinación de agilidad, técnica y una determinación feroz, pronto lo destacó entre sus compañeros.A los 22 años, Horacio Accavallo hizo su debut profesional en 1956, y rápidamente demostró que tenía el potencial para llegar lejos en el deporte. Su carrera despegó con rapidez y, para los años 60, ya había logrado construir una impresionante trayectoria con una importante serie de victorias. Fue en 1966 el año cuando alcanzó el hito más importante de su carrera: se convirtió en el campeón mundial de peso mosca del Consejo Mundial de Boxeo (WBC),

un logro que marcó su carrera y consolidó su lugar en la historia del boxeo. Este combate contra Katsuyoshi Takayama en Japón marcó a fue sin duda la historia de este campeón. Transcurrieron los 15 asaltos culminando con la victoria y la obtención del título mundial para Accavallo por decisión dividida de los jurados. El fallo oficial diría luego: 73-69 (Accavallo) / 71-70 (Takayama) / 74-67 (Accavallo).

 

El ascenso de Accavallo al título mundial fue un reflejo de su habilidad para enfrentar a los mejores boxeadores de su época. Sus defensas del título no sólo reforzaron su posición como campeón mundial, sino que también pudo demostrar su capacidad para enfrentarse a adversarios de gran calibre y salir victorioso.

Durante su reinado como campeón, Accavallo defendió su título con éxito, enfrentándose a rivales de todo el mundo y consolidando su reputación como uno de los mejores en su categoría. Su habilidad para combinar una defensa sólida con un ataque eficaz le permitió mantener el título y seguir demostrando su destreza en el ring.

El 11 de octubre de 1968, Accavallo se retiró del boxeo con el título del mundo en su poder. Finalizó su carrera con récord de 75-2-6 (34KO). En 1980, en la primera edición de los Premios Konex, recibió un Diploma al Mérito como uno de los 5 mejores boxeadores de la historia en Argentina.

Después de su retiro del boxeo profesional, Accavallo continuó su vínculo con el deporte, dedicándose a la formación de nuevas generaciones de boxeadores y compartiendo su experiencia y conocimiento con los jóvenes talentos. Su influencia en el boxeo argentino perduró, y su nombre se convirtió en sinónimo de excelencia en el deporte. Roquiño decidió colgar los guantes cuando todavía era campeón mundial mosca (había ganado el título al japonés Katsuyoshi Takayama en marzo de 1966 y lo había defendido tres veces) y parecía aún en la plenitud de su carrera. Anunció su adiós el 2 de octubre de 1968, 12 días antes de cumplir 34 años, en una conferencia de prensa en el salón central del Lomas Sud, en Lomas de Zamora, junto a su mánager Héctor Vaccari.

Su vínculo con el deporte no se limitó al pugilismo. Fanático de Racing, fue un habitué del estadio Presidente Perón y también se lo vio en numerosas celebraciones organizadas por el club, que le retribuyó ese afecto bautizando con su nombre el gimnasio de boxeo que inauguró en mayo de 2009 en el polideportivo de Avellaneda.

Horacio Accavallo falleció el 14 de septiembre de 2022, pero su legado vive en la memoria de los aficionados al boxeo y en el corazón del deporte argentino. Su carrera y sus logros siguen siendo un testimonio de uno de los grandes campeones del boxeo argentino, Accavallo no sólo dejó una huella en el ring, sino que también dejó una impresión duradera en la historia del deporte.