POR JAVIER BONET
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En nuestra historia de hoy, vamos a contar sólo unos párrafos de la vida de él que para muchos fue uno de los mejores defensores de Argentina de todos los tiempos. Roberto Perfumo es, sin lugar a dudas, uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia del fútbol argentino. Nacido el 3 de octubre de 1942 en Sarandí, Perfumo se consagró como un referente tanto de su club, Racing Club, como de la selección nacional, dejando una huella indeleble en el fútbol de aquellos años. Apodado “El Mariscal”, su nombre es sinónimo de liderazgo, jerarquía y una solidez defensiva que lo convirtió en uno de los mejores defensores de su tiempo.
Como jugador, comenzó su carrera en Racing en 1961, institución en la cual es considerado ídolo, tanto por hinchas como dirigentes. Sus máximos logros se dieron cuando jugaba en el famoso “Equipo de José, que ganó la Copa Libertadores de 1967 y la Intercontinental del mismo año. En 1971 fue transferido a Cruzeiro, con el cual consiguió obtener cuatro campeonatos. Entre 1975 y 1978, jugó para River, obteniendo tres títulos entre 1975 y 1977. Un año después de obtener su último campeonato, se retiró del fútbol en 1978.
Desde sus primeros partidos, mostró una gran capacidad para leer el juego, anticipar los movimientos rivales y, sobre todo, una imponente presencia en el área. Su versatilidad era una de sus mayores virtudes. Su buen manejo de la pelota y su capacidad para salir jugando lo convirtieron en uno de los primeros defensores modernos, alejándose de la imagen del defensor tosco para transformarse en un jugador técnico y elegante.
La campaña en la Copa Libertadores de 1967 fue épica, y Perfumo, como capitán, fue el líder indiscutido del equipo. Con su impresionante capacidad para dirigir la defensa, y su habilidad para jugar desde el fondo, Racing logró imponerse ante los mejores equipos de América, culminando con la histórica victoria ante Nacional de Uruguay en la final del torneo. Esa victoria no solo significó un logro deportivo, sino también un símbolo de la grandeza de Racing, y Perfumo se erigió como uno de los grandes héroes de esa conquista.
El reconocimiento de Roberto Perfumo trascendió Racing, y pronto comenzó a ser convocado a la selección argentina. Con Argentina participó de Campeonatos mundiales de los años 1966 y de 1974, disputados en Inglaterra y Alemania respectivamente. Paralelamente consiguió el Torneo Preolímpico Sudamericano de 1964.
Lo que hacía a Perfumo un defensor excepcional era su manera de entender el juego. Si bien tenía una gran fortaleza física, su mayor atributo era su inteligencia táctica. Era un defensor que no solo se destacaba por su capacidad para marcar al hombre, sino también por su habilidad para anticipar los movimientos del adversario y salir jugando desde el fondo con elegancia.
A lo largo de su carrera, “El Mariscal” mostró una gran capacidad para liderar la defensa y comandar a sus compañeros. Su voz de mando era un elemento esencial en el juego de los equipos en los que jugó, y su presencia en la cancha generaba una sensación de tranquilidad y confianza tanto en sus compañeros como en los hinchas.
Tras su retiro, Perfumo continuó vinculado al fútbol como comentarista y analista en los medios de comunicación, donde ofreció su visión del fútbol con la misma claridad y sabiduría que había demostrado cuando lo jugaba. Con su estilo analítico y profundo, se convirtió en una figura de renombre en la televisión y la radio deportiva, compartiendo su conocimiento y su pasión por el fútbol con las nuevas generaciones.
Roberto Perfumo es recordado no sólo por su gran calidad técnica y táctica, sino también por su carácter y liderazgo. Fue un hombre que entendió el fútbol de una manera profunda y lo transmitió. Hoy en día, más de 40 años después de su retiro, el nombre de Roberto Perfumo sigue siendo sinónimo de lo mejor del fútbol argentino. Su legado perdura en la memoria colectiva de los hinchas. “El Mariscal” continúa siendo un símbolo de la jerarquía defensiva y del verdadero amor por el fútbol.