EL CANIBAL    

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

X: @jabonetprensa

 

  En nuestra historia de hoy vamos a hablar del que para muchos fue el mejor ciclista de todos los tiempos. Eddy Merckx no es sólo un nombre en la historia del ciclismo; es una leyenda viviente, un sinónimo de dominio absoluto en la ruta y en las montañas. El belga conquistó prácticamente todo lo que se podía ganar en el deporte de las dos ruedas. Su ambición y su hambre insaciable de victorias le valieron el apodo de “El Caníbal”, reflejando su instinto depredador que no dejaba espacio para la misericordia sobre sus rivales.

Nacido el 17 de junio de 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica, Édouard Louis Joseph Merckx mostró desde joven su talento sobre la bicicleta.  Fue el mayor de tres hermanos. ​ La familia se mudó a este barrio de la capital belga cuando era pequeño. Tuvo su primera bicicleta de ruta, de segunda mano, a la edad de ocho años. En aquella época, su héroe era el ciclista belga Stan Ockers, quien falleció en una carrera en Amberes en 1956:A los 16 años, comenzó su carrera amateur, y apenas cuatro años después, en 1965, se convirtió en profesional. Desde ese momento, su ascenso fue meteórico.

No tardó en imponer su autoridad en las competencias más prestigiosas del mundo. Su capacidad de resistencia, su explosividad en los ataques y su mentalidad competitiva lo convirtieron en un corredor prácticamente imbatible. Durante su carrera, ganó cinco veces el Tour de Francia (1969, 1970, 1971, 1972 y 1974) y otras cinco veces el Giro de Italia (1968, 1970, 1972, 1973 y 1974), también conquistó la Vuelta a España en 1973, completando así su dominio en las tres grandes vueltas.

Sin embargo, su legado no se limita a las grandes vueltas. Merckx fue un ciclista todoterreno, capaz de brillar en cualquier tipo de carrera. Se adjudicó tres Campeonatos del Mundo en ruta (1967, 1971 y 1974), además de innumerables clásicas de un día, como la Milán-San Remo (siete veces), la París-Roubaix, el Tour de Flandes y la Lieja-Bastoña-Lieja. En total, su palmarés incluye más de 500 victorias, una cifra inigualable en la historia del ciclismo profesional.

Uno de los momentos más impresionantes de su carrera ocurrió en 1969, cuando logró la hazaña de ganar el Tour de Francia con una superioridad apabullante. Merckx no solo se llevó la clasificación general, sino también la de la montaña, la de los puntos y el premio a la combatividad, algo que ningún otro ciclista ha repetido. Su ataque en solitario en la etapa de Mourenx, dejando atrás a todos sus rivales con más de ocho minutos de ventaja, sigue siendo considerado una de las exhibiciones más icónicas en la historia del ciclismo.

El caníbal también dejó su huella en el récord de la hora, una de las pruebas más desafiantes del ciclismo. En 1972, en la altura de Ciudad de México, estableció una nueva marca de 49,431 kilómetros recorridos en 60 minutos, un récord que se mantuvo imbatible durante más de una década. Esta hazaña fue aún más impresionante si se considera que la tecnología y los materiales de las bicicletas de la época eran muy inferiores a los actuales.

A pesar de su dominio, la carrera de Merckx no estuvo exenta de dificultades. Sufrió varias caídas graves, una de las cuales, en 1969, le provocó lesiones en la pelvis que lo acompañaron hasta el final de su carrera. Además, en 1973, se vio envuelto en un caso de dopaje en el Giro de Italia, aunque siempre defendió su inocencia y argumentó irregularidades en los controles.

Finalmente, en 1978, Merckx decidió retirarse del ciclismo profesional. Su última carrera fue la Omloop van het Waasland, donde cruzó la meta emocionado y ovacionado por miles de aficionados que reconocían su grandeza.

Después de su retiro, no se alejó del ciclismo. Se dedicó a la fabricación de bicicletas de alta gama con su propia marca, además de entrenar y asesorar a nuevas generaciones de ciclistas. Su influencia sigue vigente, y su nombre es citado cada vez que un nuevo talento surge en el pelotón mundial.

La historia de Eddy Merckx es la de un hombre que llevó el ciclismo a otro nivel. Su voracidad competitiva, su versatilidad en cualquier terreno y su impresionante palmarés lo convierten en una figura irrepetible. “El Caníbal” no sólo devoró récords y títulos, sino que dejó un legado eterno en la historia del ciclismo, donde su sombra sigue proyectándose sobre cada nueva estrella que busca la grandeza.