POR JAVIER BONET
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En nuestra historia de hoy vamos a hablar de una de las figuras más influyentes en la historia del fútbol, no solo fue un jugador excepcional, sino también un filósofo del deporte. Su carrera, tanto como futbolista como entrenador, redefinió el estilo de juego y dejó una huella imborrable en la cultura futbolística mundial. Johan Cruyff, cuyo nombre verdadero era Hendrik Johannes Cruijff, nació el 25 de abril de 1947 en Ámsterdam, Países Bajos. Desde sus primeros pasos en el fútbol hasta su legado como entrenador, su vida fue una constante búsqueda de la perfección futbolística.
Cruyff comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del Ajax, club que fue fundamental en su formación. A los 10 años, ya destacaba en el fútbol juvenil, y a los 17 debutó con el primer equipo en 1964. Fue en el Ajax donde Cruyff empezó a moldear su visión del fútbol. En un ambiente futbolístico marcado por el pragmatismo, Cruyff apostó por un estilo más técnico, ofensivo y dinámico.
En su primer año con el primer equipo, Cruyff ya dejó claro que no era un jugador común. Rápidamente mostró su visión de juego y su capacidad para hacer goles. Durante su tiempo en el Ajax, el club disfrutó de una era dorada. Entre 1964 y 1973, Cruyff ayudó a que el Ajax ganara ocho títulos de la Eredivisie, la Copa de los Países Bajos cuatro veces, y la Liga de Campeones de la UEFA en tres años consecutivos (1971, 1972, 1973), convirtiéndose en un equipo que dominaba Europa.
Pero más allá de sus logros, fue la implementación del “fútbol total”, una idea revolucionaria en la que todos los jugadores, no solo los delanteros, debían tener una comprensión profunda del juego y la capacidad de moverse fluidamente en cualquier posición. Este enfoque táctico dejó una marca indeleble en el fútbol, y el Ajax se convirtió en el equipo más innovador de la época.
En 1973, Cruyff tomó una decisión que marcaría otro hito en su carrera: se trasladó al Barcelona, en ese entonces un club que luchaba por recuperar su grandeza en el fútbol español. La transferencia fue histórica, ya que no solo fue un paso hacia un club distinto, sino también una oportunidad para poner en práctica su visión futbolística en otro entorno.
El impacto de Cruyff en el Barcelona fue inmediato. En su primera temporada (1973-74), no solo ayudó al equipo a ganar la Liga española, sino que también trajo el “fútbol total” que había perfeccionado en el Ajax. Barcelona se convirtió en un equipo impredecible, caracterizado por la posesión de pelota, el juego asociado y un ritmo vertiginoso. Su habilidad para asociarse con otros jugadores, especialmente con sus compañeros de ataque, mostró al mundo el nivel táctico y técnico que el equipo alcanzaba con Cruyff como motor.
Durante su estancia en Barcelona, Cruyff pasó varias temporadas en el club (1973-1978), consiguiendo un título de Liga y una Copa del Rey. Sin embargo, su estancia no se limitó solo a los logros deportivos. Fue en ese periodo cuando dejó claro que su enfoque era más que solo táctico, sino una filosofía que perduraría más allá de su retiro como jugador.
Tras su retiro en 1978, Cruyff se dedicó al entrenamiento. En 1988, aceptó el desafío de dirigir al Barcelona, un club que se encontraba en una crisis profunda. A diferencia de otros entrenadores, no sólo se encargó de implementar tácticas innovadoras, sino que también instauró una nueva cultura futbolística en el club catalán. Adoptó un enfoque que iba más allá de los resultados inmediatos y comenzó a construir lo que sería conocido como la “Cantera” del Barcelona, un sistema de formación juvenil que produciría, con el tiempo, algunos de los mejores futbolistas del mundo.
Bajo su dirección, el Barcelona se transformó en uno de los clubes más exitosos del mundo. Llevó al equipo a ganar la Liga española en 1991, 1992 y 1994, y la joya de su legado fue la consecución de la Copa de Europa (actual Liga de Campeones) en 1992, un título que el Barcelona no había logrado hasta entonces. Cruyff implementó un estilo de juego caracterizado por la posesión de la pelota, la presión constante al rival y una gran intensidad ofensiva. Su famoso “fútbol de toque” se convirtió en la base sobre la cual el Barcelona desarrolló su identidad en las décadas siguientes.
Johan Cruyff no solo dejó su marca en los clubes donde jugó y entrenó, sino que también cambió la manera en que se entiende el fútbol en todo el mundo. Su influencia se puede ver en la forma en que muchos equipos, especialmente el Barcelona, siguen jugando hoy en día. Su legado trasciende los títulos, ya que fue un pensador que comprendió el fútbol no sólo como un deporte, sino como una filosofía de vida.
El fútbol de Cruyff estaba basado en la creatividad, el espacio, la anticipación y el disfrute del juego. Su visión permitió que jugadores como Lionel Messi, Xavi Hernández e Iniesta se desarrollaran dentro de un sistema que valoraba la técnica y el control. Su influencia no solo se notó en sus jugadores, sino que moldeó la manera de ver el fútbol, incluso después de su muerte en 2016. Su legado vive a través de los innumerables jugadores y entrenadores que lo consideraron su maestro.
