POR JAVIER BONET
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En nuestra historia de hoy vamos a hablar de un ex jugador de rugby que marcó sin dudas una época en Argentina. Este deporte ha visto surgir numerosos talentos a lo largo de los años, pero pocos han dejado una huella tan profunda como Hugo Porta. Nacido en Buenos Aires un 11 de setiembre de 1951, fue un jugador excepcional por su habilidad dentro de la cancha y su trayectoria se ha convertido en un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones del deporte de la ovalada.
Desde una edad temprana, Hugo mostró un interés innato por el rugby. Su familia, aunque no vinculada directamente al deporte, apoyó su pasión. Desde sus primeros pasos en el rugby, Porta mostró un talento excepcional. Comenzó su carrera en el Club Banco Nación donde rápidamente destacó por su habilidad y su capacidad para leer el juego. Su versatilidad en la cancha le permitió jugar en diferentes posiciones, aunque fue como apertura donde realmente brilló. Su estilo de juego combinaba técnica, visión y una inteligencia táctica que le permitieron convertirse en el líder del equipo.


Uno de los aspectos más destacados de la carrera de Porta es su participación en los Pumas, la Selección de rugby de Argentina. Debutó con la camiseta albiceleste en 1971 con sólo 20años, y durante más de una década se consolidó como uno de los jugadores más importantes del equipo. Su legado se construyó en gran parte durante la década de los 80, cuando lideró a los Pumas en varias competiciones internacionales. Su capacidad para manejar el juego, su precisión al patear y su habilidad para dirigir a sus compañeros lo convirtieron en el corazón del equipo.










Uno de los momentos más recordados de su carrera ocurrió en 1985, cuando los Pumas se enfrentaron a Francia en un partido que dejó una huella indeleble en la memoria del rugby argentino. En ese encuentro, Porta demostró su maestría al marcar varios puntos y liderar al equipo a una victoria memorable. Esta victoria no solo fue un hito en la historia del rugby argentino, sino que también sentó las bases para un reconocimiento internacional que Argentina empezaba a ganar en el ámbito del rugby.
Además de su destreza para jugar, Porta era conocido por su carácter y liderazgo. Su capacidad para motivar a sus compañeros y su determinación eran las cualidades que lo distinguían. En un deporte que se basa en la fuerza física, Porta demostró que la inteligencia y la estrategia eran igual de importantes. Este enfoque lo llevó a ser considerado uno de los mejores aperturas de su época, y su influencia perdura hasta hoy en el rugby argentino.
Su carrera no se limitó a la selección nacional; también tuvo un impacto significativo en el rugby a nivel de clubes. Esta experiencia al jugar contra el rugby europeo no solo amplió sus horizontes, sino que también le permitió aprender de diferentes estilos de juego y técnicas. En Argentina, Porta aplicó estos conocimientos para ayudar a desarrollar el rugby de nuestro país.Su compromiso con el desarrollo del deporte en Argentina ha sido fundamental para el crecimiento y la popularidad del rugby en el país. Hugo Porta no solo es recordado por sus logros en la cancha, sino también por su legado que ha inspirado a muchos, y su nombre se ha convertido en sinónimo de excelencia en el deporte.








En 2015, fue incluido en el Salón de la Fama del Rugby Internacional, un reconocimiento a su impacto en el deporte a nivel mundial.
Entre alguno de los galardones que recibió se encuentran Olimpia de Oro 1985, Mejor jugador del Mundo según la revista Midi Olympique en el mismo año, Premio Konex de platino en 1980 y 1990, Olimpia de Plata en los años 1975, 1977, 1978, 1980, 1982 y 1984, Mejor Mérito Deportivo del Gobierno de la República Oriental del Uruguay de 1997 y World Rugby 2008.
En un contexto donde el rugby argentino ha ido ganando protagonismo en el escenario internacional, la figura de Porta sigue siendo relevante. Su influencia se siente en cada try marcado por los Pumas, en cada victoria en el Rugby Championship y en la participación de Argentina en la Copa del Mundo. Hugo Porta ha dejado una huella imborrable en la historia del rugby, y su legado perdurará para próximas generaciones.



