SEÑOR TC     

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

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En nuestra historia de hoy vamos a hablar sólo de una parte de la historia de Ford ya que de la otra parte lo haremos la semana que viene. Es sin duda el nombre propio, el de Juan Gálvez, fue uno de los pilotos más destacados en la historia del automovilismo argentino. Su nombre sigue siendo un referente dentro de la cultura deportiva de Argentina, no solo por sus logros, sino también por su personalidad y su carácter dentro y fuera de las pistas. En una época donde los desafíos eran mucho mayores, Gálvez supo consolidarse como una figura clave en el automovilismo, dejando una huella imborrable.

Nació el 14 de enero de 1916 en Buenos Aires. Desde joven mostró un gran interés por el automovilismo, pero fue en la década del 30 cuando dio sus primeros pasos en el mundo de las carreras. Su incursión en fue temprana, y a pesar de los tiempos difíciles y las limitaciones tecnológicas de la época, rápidamente demostró su habilidad y destreza al volante.Comenzó participando en carreras de turismos y en competencias de corta distancia. En estos primeros años, ya comenzó a forjar su nombre, destacándose por su agresividad al volante, su capacidad para leer la carrera y la forma en que manejaba.

Su destreza era tal que rápidamente ascendió dentro de los circuitos más importantes del país.

La gran época de Juan Gálvez llegó durante la década de los 40 y 50, donde no sólo conquistó el corazón de la gente, sino que también logró consagrarse como uno de los mejores pilotos del país. En este período, Gálvez se destacó en las pruebas más exigentes del automovilismo argentino, claro está las de turismo carretera, la categoría más importantes y popular de la historia del deporte motor argentino.

Entre sus logros más importantes se destacan las victorias en el Turismo Carretera. A lo largo de su carrera, Juan logró nueve títulos nacionales de Turismo Carretera (1949, 50, 51, 52, 55, 56, 57, 58 y 60), lo que le permitió ser el piloto más exitosos en la historia de esta categoría.

Sus enormes victorias y múltiples títulos lo catapultaron al estatus de leyenda. Sin duda, su habilidad para competir, su rapidez en las largas distancias y su resistencia lo hicieron un contendiente formidable para sus rivales.

No sólo fue conocido por sus logros deportivos, sino también por su personalidad fuera de las carreras. Era un hombre de carácter fuerte, pero también respetado por su honestidad y profesionalismo. Gálvez nunca fue un piloto de grandes declaraciones o gestos grandilocuentes; en cambio, su carrera hablaba por sí misma. Siempre concentrado en su tarea, mostraba una gran determinación en cada competencia.

En las entrevistas, solía describirse a sí mismo como un hombre sencillo, un trabajador del automovilismo que nunca dejó de lado su amor por las carreras. Su contacto con el público siempre fue genuino y su humildad lo convirtió en una figura querida por todos los fanáticos.

El legado de Juan Gálvez no se limita únicamente a sus victorias y títulos. Más allá de los números, dejó una marca en la historia del automovilismo argentino por su estilo único de conducción y su contribución al desarrollo de las competiciones nacionales. Su relación con el público fue siempre cercana, y su influencia en las generaciones posteriores de pilotos fue profunda. Fue sin duda uno de los pilares sobre los que se construyó la popularidad del Turismo Carretera.

En 13 años de automovilismo participó de 153 carreras, venciendo en 56 oportunidades. Se destacan sus victorias en el Gran Premio Argentino, cinco como piloto y dos como copiloto de su hermano. Su última victoria fue en la IV Vuelta de Laboulaye (1962), a bordo de un Ford. Falleció en la prueba de Olavarría de 1963 a los 47 años, en el que fue el único accidente de su carrera

Juan Gálvez falleció el 3 de marzo de 1963, pero su figura sigue viva en el automovilismo argentino. Se destacó por ser un gran piloto, pero también por ser un embajador de la pasión y el amor por el automovilismo. Su legado perdura en los circuitos y en los recuerdos de los fanáticos de Ford que aún lo recuerdan como uno de los más grandes.

Hoy, muchos años después de su partida, su nombre sigue siendo sinónimo de esfuerzo, talento y determinación. Su historia es la de un hombre que, con coraje y dedicación, logró convertir su sueño de ser campeón en realidad y perdura en la memoria colectiva del automovilismo argentino. La historia de Juan no es sólo la de un piloto, es la de una leyenda que marcó una era.