POR JAVIER BONET
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En nuestra historia de hoy, vamos a hablar del que para muchos fue el piloto de automovilismo más grande de nuestro país. Juan Manuel Fangio, el legendario piloto argentino, fue mucho más que un corredor de autos; fue un ícono del automovilismo. Quien no sólo dominó las pistas de carreras, sino que también dejó una marca indeleble en la historia del deporte del motor.
Nacido el 24 de junio de 1911 en Balcarce, Argentina, Fangio mostró su pasión por los autos desde una edad temprana. Su habilidad innata para conducir lo llevó a competir en carreras locales antes de dar el salto a las competiciones internacionales. En su niñez abandonó sus estudios para dedicarse a la mecánica automovilística y participar en competiciones no oficiales.


En 1938 debutó en Turismo Carretera. En 1940 obtuvo el Gran Premio Internacional del Norte y se consagró como Campeón Argentino de Turismo Carretera, título que repitió al año siguiente. Luego compitió en las categorías de Fuerza Libre.



Sin embargo, fue en la Fórmula 1 donde Fangio dejó una huella imborrable. Con cinco campeonatos mundiales en su haber (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957), se convirtió en el piloto más exitoso de su época, un logro que lo catapultó a la categoría de leyenda. Sueño que se hizo realidad gracias al apoyo del Gobierno de Argentina en 1947. Su dominio en la pista era resultado de una combinación de habilidad técnica, inteligencia estratégica y un control del auto. Por esto es considerado por los especialistas como uno de los pilotos de automovilismo más destacados de todos los tiempos
Fangio tenía la capacidad de leer la carrera y adaptarse a las condiciones cambiantes sobre la marcha. Su enfoque calculador y su capacidad para conservar neumáticos y combustible le otorgaron una ventaja competitiva sobre sus rivales. Además, su estilo de conducción suave y preciso contrastaba con el de sus rivales, lo que lo convertía en un piloto muy versátil.


Pero más allá de sus habilidades en la pista, Fangio era admirado por su humildad y su ética deportiva. A pesar de su estatus de celebridad, mantuvo los pies en la tierra y siempre mostró respeto hacia sus competidores y hacia el deporte en sí. El legado de Fangio va más allá de sus éxitos deportivos. Su influencia se extiende a través de las generaciones de pilotos que vinieron después de él, quienes lo ven como un modelo a seguir y una inspiración. Su nombre se ha inmortalizado en numerosas pistas de carreras, trofeos y premios en todo el mundo.
Además de su destreza en la pista, Fangio también dejó una marca en la cultura popular. Su vida y carrera han sido objeto de numerosos libros, documentales y películas que celebran su legado y su impacto en el deporte motor. Su imagen puede verse en sellos postales, monedas y estatuas en Argentina recordando a las generaciones futuras su importancia histórica.


A pesar de su retiro de las carreras en 1958, Fangio siguió siendo una figura venerada en el mundo del automovilismo hasta su muerte en 1995. Su memoria vive en cada curva, recta y podio de las pistas de carreras en todo el mundo. Y aunque el automovilismo ha evolucionado desde sus días de gloria, el legado de Juan Manuel Fangio sigue brillando.
