EL INTOCABLE   

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

X: @jabonetprensa

En nuestra historia de hoy vamos a hablar de uno de los iconos del mundo del boxeo y además mendocino y un puede ser de otra manera que Nicolino Locche. Conocido como “El Intocable”, es una figura emblemática en la historia del boxeo argentino y mundial. Nacido el 2 de septiembre de 1939 en Tunuyán, provincia de Mendoza, Argentina.  Locche emergió como uno de los más grandes pugilistas de su tiempo, caracterizado por su estilo único y su habilidad innata para esquivar golpes de manera magistral.

Desde sus primeros días, Nicolino demostró su talento para el boxeo. Inició su carrera amateur a una edad temprana y rápidamente se destacó por su destreza técnica y su capacidad para anticipar y eludir los golpes de sus oponentes. Su estilo defensivo se volvió su sello distintivo, ganándose el apodo de “El Intocable”, ya que parecía imposible tocarlo en el ring.Locche hizo su debut como profesional en 1958, cuando debutó como boxeador en la categoría de peso welter. Ascendiendo rápidamente en las filas del boxeo argentino. Su estilo único y su enfoque táctico le permitieron acumular una serie impresionante de victorias a lo largo de su carrera. Sin embargo, más allá de sus habilidades técnicas, fue su capacidad para frustrar a sus oponentes y desmoralizarlos con su eterno esquive, lo que lo convirtió en una figura legendaria en el deporte.

A lo largo de su carrera, Nicolino disputó 136 peleas, de las cuales ganó 117 (14 de ellas por KO), con cuatro derrotas y 14 empates. Locche se consagró campeón del mundo por primera vez en su carrera y logró defender su corona en siete oportunidades antes de caer con el panameño Alfonso Frazer. Se consagró campeón en la categioría superligero ante Takeshi Fuji, el 12 de diciembre de 1968, en Tokio, reteniendo el título hasta 1972.

Una de las peleas más destacadas en la carrera de Locche fue su enfrentamiento con el púgil Antonio Cervantes en 1974.

En este combate por el título mundial de peso superligero, Locche demostró su maestría defensiva al esquivar los poderosos golpes de su oponente y contraatacar con precisión. Aunque la pelea fue intensa, Nicolino salió victorioso, consolidando aún más su estatus como uno de los mejores boxeadores de su época.

Pero más allá de sus logros en el ring, Nicolino Locche era admirado por su humildad. A diferencia de muchos otros atletas de su tiempo, nunca se jactaba de sus victorias ni menospreciaba a sus oponentes. Siempre mostraba respeto tanto dentro como fuera del ring, ganándose el cariño y el respeto de sus compañeros de profesión y del público. El legado de Nicolino Locche perdura hasta el día de hoy como inspiración para futuras generaciones de boxeadores argentinos y aficionados al deporte en general. Su estilo único y su habilidad para esquivar golpes lo convirtieron en una leyenda del boxeo.

A pesar de haber fallecido en 2005, su legado sigue vivo en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de verlo pelear y en la admiración de quienes conocen su historia. Nicolino Locche no solo fue un campeón en el ring, sino también un verdadero caballero fuera de él, y su impacto en el mundo del boxeo argentino y mundial seguirá siendo recordado y celebrado por muchos años más.