EL HOMBRE DE HIELO     

DEPORTE CON HISTORIA PORTAL DEL PERIODISTA

POR JAVIER BONET

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En nuestra historia de hoy vamos a hablar de un deportista que marcó a su época de una manera inusual. Björn Borg no fue simplemente un campeón; fue una revolución silenciosa en el mundo del tenis. Con su estilo imperturbable, su resistencia física y su mente de acero, el sueco cambió para siempre la forma en que se concebía el juego profesional. A lo largo de su carrera, marcada tanto por un éxito descomunal como por un retiro prematuro, dejó una huella que aún se siente en las canchas más de cuatro décadas después.

Nacido el 6 de junio de 1956 en Suecia, Björn Rune Borg comenzó a destacar desde muy joven. A los 15 años ya era considerado una promesa del tenis europeo, y a los 17 ganó su primer torneo importante, el Abierto de Francia junior. Lo que siguió fue una de las trayectorias más brillantes y vertiginosas en la historia del deporte.Se convirtió en profesional en 1973 y pronto mostró que estaba destinado a cambiar las reglas del juego. Su técnica, que incluía un revés a dos manos poco común en la época y un topspin pronunciado en su derecha, era una anomalía en un circuito dominado por jugadores de saque y volea.

Su estilo desde el fondo de la cancha, combinado con una forma física impresionante, lo convirtió en un oponente temible.

Entre 1974 y 1981, Borg ganó 11 títulos de Grand Slam: seis Roland Garros y cinco Wimbledon consecutivos. Esa hazaña, la de dominar tanto en el polvo de ladrillo como en el césped, superficies que exigen estilos opuestos, era prácticamente impensable en aquel entonces. Su capacidad para adaptarse a cualquier superficie no sólo demostraba su versatilidad, sino también su condición de atleta de elite.

Su rivalidad con John McEnroe, es una de las más icónicas del deporte. Borg, apodado “El Hombre de Hielo” por su actitud al jugar, era el contrapunto perfecto al temperamental McEnroe. El choque de estilos alcanzó su clímax en la final de Wimbledon de 1980, un partido épico que incluyó un legendario tiebreak de 18-16 en el cuarto set. Borg ganó en cinco sets, y el encuentro es recordado como uno de los mejores en la historia del tenis.

Además del Wimbledon del ‘80, Borg acumuló victorias notables. En Roland Garros, dominó como nadie hasta entonces, ganando seis títulos entre 1974 y 1981. En su carrera, acumuló un récord de 49 victorias y solo 2 derrotas en el torneo parisino, un dominio que anticipó el reinado que décadas después tendría Rafael Nadal.Sin embargo, lo más llamativo de su historia no fueron sólo sus logros, sino también la forma en que decidió cerrar su carrera. En 1983, a los 26 años, Björn Borg se retiró del tenis profesional. La presión mediática, el agotamiento mental y una sensación de saturación personal lo llevaron a dejar un deporte que aún lo consideraba en la cima. Su decisión sacudió al mundo del tenis, que se preguntaba cómo alguien tan joven podía despedirse cuando parecía tener tanto para dar.

Intentó volver en los años 90, pero nunca volvió al nivel que lo había consagrado. Aun así, su legado ya estaba sellado, no sólo había transformado el juego desde un punto de vista técnico, sino también comercial y cultural. Fue uno de los primeros deportistas en convertirse en una verdadera figura mediática global. Su imagen —la vincha, el pelo largo, la camiseta Fila— se volvió un ícono de los años 70 y 80.

Su vida fuera del deporte logró reinventarse como empresario, con su propia marca de ropa interior y perfumes. Hoy vive lejos de los medios, pero su figura sigue siendo venerada por aficionados y profesionales del tenis.

En 1987 fue inducido al Salón Internacional de la Fama del Tenis, un reconocimiento más que merecido para un jugador que no solo ganó títulos, sino que redefinió la esencia del tenis moderno. Borg fue pionero en el entrenamiento físico intensivo, en la preparación mental.

Su impacto puede verse en figuras como Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, quienes también comparten esa capacidad de dominar en distintas superficies, mantener la concentración bajo presión y proyectar una imagen de profesionalismo que trasciende el deporte.Björn Borg fue, y sigue siendo, mucho más que un campeón.

Fue un fenómeno que combinó talento, disciplina y estilo para dar forma a una nueva era del tenis. Aunque su tiempo en las canchas fue breve, su legado permanece eterno.