POR JAVIER BONET
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En nuestra historia de hoy vamos a cumplir con lo prometido la semana pasada y vamos a completar la historia de los dos pilotos insignias de la marca Ford en Argentina. Sin duda y no menos importante que su hermano, Oscar Gálvez, es un nombre que resuena con fuerza en la historia del automovilismo. Es considerado uno de los grandes referentes del deporte motor en el país. Con su destreza al volante, su valentía y su perfil humilde, dejó una huella de por vida tanto en la historia del automovilismo argentino como en la de Sudamérica.
Oscar nació en Buenos Aires el 17 de agosto de 1913. Desde joven, mostró un profundo interés por los autos y las carreras. Su vínculo con el automovilismo comenzó a una edad temprana, a los 10 años ayudaba a su hermano mayor Marcelino Luis. Durante la adolescencia, con 15 años él y su hermano Juan con 12, deseaban comprar un auto propio. En 1934, a los 21 años compraron un Ford T que guardaban en el galpón de un amigo, a escondidas de su padre que no apoyaba la pasión por los autos.


A los 20 años comenzó a competir en carreras zonales, utilizando autos que adaptaba y mejoraba. Si bien en sus primeros años como piloto no contaba con los medios para correr con autos de la élite, su talento natural pronto lo distinguió. Participó en el turismo carretera, el campeonato más popular y prestigioso de Argentina, donde mostró su destreza y ganó una rápida reputación. Sin embargo, fue su participación en el Gran Premio de la República Argentina, en 1947, lo que marcó el comienzo de su verdadera consagración como piloto de renombre.



A lo largo de la década de 1940 y 1950, Oscar Gálvez se destacó no solo por su habilidad al volante, sino por su espíritu competitivo Su relación con el automovilismo se caracterizó por la constante búsqueda de la perfección técnica, lo que lo llevó a modificar y mejorar su propio auto para maximizar su rendimiento.
Una de sus características más destacadas era su serenidad bajo presión. A medida que su carrera avanzaba, Gálvez comenzó a destacar en las competencias más exigentes del país y más tarde internacionalmente. Obtuvo cinco títulos de Turismo Carretera (1947, 48, 53, 54 y 1961) y 43 victorias, destacándose siete oportunidades en el Gran Premio Argentino. Además, logró cinco victorias en Grandes Premios de monoplazas.
Uno de los hitos más importantes de su carrera fue su victoria en las 1000 Millas Argentinas, una de las pruebas más importantes de la región. Ganó la competencia en varias ediciones, demostrando no solo su talento, sino también su habilidad para mantener el control en condiciones extremas.
En la década de 1950, Oscar se convirtió en uno de los principales rivales de los grandes pilotos de la época, como Juan Manuel Fangio y su hermano Juan. Su estilo de conducción, preciso y calculador, lo hacía un competidor formidable en cualquier escenario. Uno de los aspectos más admirados Gálvez fue su dedicación a las carreras y su pasión por el automovilismo, nunca perdió la motivación ni la energía para seguir compitiendo. Su capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías y estrategias en el automovilismo le permitió seguir siendo competitivo a lo largo de su carrera.


El automovilismo en Argentina sufrió varios cambios a lo largo de los años, pero su figura permaneció en la memoria colectiva como uno de los pilares del deporte. Su respeto por los compañeros de carrera, su dedicación y su habilidad para vencer a pilotos de primer nivel lo convirtieron en un modelo a seguir.
Oscar Gálvez no solo fue un gran piloto, sino también una figura que contribuyó al crecimiento del automovilismo argentino, y su legado se mantiene intacto en la actualidad. Su historia inspira a las nuevas generaciones de pilotos.
Oscar Gálvez falleció el 16 de diciembre de 1989, pero su legado sigue vivo en la memoria de todos los fanáticos del automovilismo. En reconocimiento a su contribución al deporte, el autódromo de Buenos Aires lleva su nombre, y diversos homenajes se han realizado a lo largo de los años en su honor. Además, su figura ha sido celebrada en múltiples ocasiones a través de documentales, libros y entrevistas que rememoran sus grandes logros y sus momentos más destacados. En un país en el que el automovilismo ocupa un lugar central en el corazón de la gente, Oscar Gálvez es sinónimo de destreza, esfuerzo y pasión.
